miércoles, 29 de febrero de 2012

De las calamidades y el cíclope A

Llevamos un año glorioso, cada día nos atormentan recordándonos las múltiples calamidades que nos esperan, nos recuerdan lo que debemos y lo que hay que pagar como sea. ¡hay que reducir el déficit! es la cantinela que oímos invariablemente cuando conectamos la radio, ponemos la televisión o leemos el periódico. Con la Demonica (Angela) Merkel, su secuaz Sarkozy y el presidente del banco Central Europeo, que forman la llamada "troika" , más parecida a la Yakuza japonesa, exigiendo el ahogo por estrangulamiento o por inmersión de los paises sureños si no pagan lo que deben ¡que se habrán creído estos!, ellos son pobres y así deben seguir.
Pero como las calamidades nunca vienen solas, a estas se ha añadido una pertinaz sequía, que a modo de plaga bíblica, nos ha resecado la boca desde hace varios meses. Los pantanos languidecen, los agricultores ya arruinados, miran todos los días al cielo en busca de esa nube salvadora que se resiste a soltar su oro. Y todo por ese maldita A que se ha situado sobre las islas Azores y desvía como un cíclope todas las B que se nos aproximan. El resto del personal nos aburrimos con un tiempo monótono y cruel. 
¿Que más nos puede pasar? estaremos atentos durante el próximo mes, pero por favor que llueva un poco ya que tenemos sed, nuestros campos agrietados y resecos esperan. ¡Ah! y dentro de poco asistiremos a las procesiones  para interceder ante el Altísimo para que obre el milagro de la lluvia. ¡Qué palabra tan bonita! siempre me ha parecido la palabra más bonita de nuestro idioma, lluvia, esta palabra me evoca unos recuerdos indescriptibles y ahora además de bonita es también necesaria.  
¡Que Dios reparta suerte! y claro, nos pille confesados.

martes, 14 de febrero de 2012

La Melancolía y la cabra

Hay veces que me invade un estado de melancolía sin causa aparente. Es una especie de estado catatónico que me amordaza. Suele ocurrirme tras un periodo de estrés importante, es como si mi cuerpo y mente necesitaran un descanso antes de retomar la actividad normal. Esta vez, el estado melancólico me ha durado más de lo normal, tal vez influenciado por acontecimientos sociales que suceden a mi alrededor. Esta vez ha sido la famosa reforma laboral, ya dije que no se puede amputar un miembro sin aplicar un triste suero al paciente. Pues bien, veo que ya vamos por el segundo brazo y seguimos sin aplicar ningún suero al paciente, que me temo va empeorar más por el tratamiento que se le está aplicando. Mal asunto. Veo como aumenta la desesperación en la gente que es inexorablemente mandada a un reposo forzoso, pero ya no lo veo como algo lejano sino como algo próximo. Otras veces son los dramas humanos por enfermedades que minan al que las padece y sumen en la desazón a la familia.
Ayer me realizaron una encuesta de no se qué ministerio, en mi casa, duró una hora y media, ¡hasta tuve que usar la calculadora para responder a algunas cuestiones! Al final la amable encuestadora me ofreció una tarjeta regalo de 20 Euros, con la posibilidad de donarlos a Cáritas o Intermon. No me sentí capaz de aceptar esos mínimos 20 euros siendo la alternativa, la donación a estas entidades, ¡con la que está cayendo!. ¡para Cáritas! propuse. ¿sabe usted que es Intermón?- sí- repliqué. Si usted lo dona a Intermón se enviará una cabra a un niño de Mauritania, me respondió. Triste destino para la cabra, la pobre no tiene culpa de nada, así que me reafirmé en Cáritas. Esto me hizo reflexionar nuevamente a pesar de mi estado catatónico. Vemos como la calamidad se extiende pero creemos que nunca nos tocará a nosotros. Pero nadie está libre. Mi estado melancólico, a punto de recuperarse tuvo una recaída, que espero sea transitoria. Además hoy es el día de los enamorados, que como ya sabemos nos puede aumentar la tontuna. Así que aquí me tienen con mi melancolía a cuestas que no logro sacudirmela.